Historia de una Casa Convertida en Museo

En 1898 Cerdá y Rico decide construir una casa a su imagen y semejanza, es decir, diseñada para la práctica de la fotografía.

El modelo de vivienda fue una casa de estilo regionalista que el arquitecto Jurillo levantó en el sevillano barrio de Triana. Cerdá y Rico, en uno de sus viajes a la capital hispalense, hizo un completo reportaje fotográfico de dicha casa, deteniéndose especialmente en la variada azulejería de fabricación sevillana. Su objetivo era darle esas fotos al arquitecto elegido para edificar su casa en el pueblo de Cabra del Santo Cristo, pues quería que se pareciese lo más posible a la edificación de la barriada trianera.
Arturo Cerdá contrató a los albañiles en su localidad natal de Monóvar (Alicante) y los envió a Cabra del Santo Cristo para que trabajasen en la construcción de la casa en la que había depositado tantas ilusiones. Esta cuadrilla de albañiles estaba especializada en construir bóvedas de ladrillo sin ayuda de cerchas o moldes así como en la colocación de azulejos.
En 1900 estuvo terminada la residencia familiar de Cerdá. Constaba de un amplio patio cuadrado que articulaba todo el edificio, y alrededor se situaban las distintas habitaciones. El techo de la planta baja, que asimismo era el suelo de la planta superior, estaba hecho con grandes y sólidas losas de cristal transparente, lo que le confería una especial luminosidad a la planta baja, lo que la convertía en un espacio excelente para practicar la fotografía. El patio estaba a su vez cubierto con una gran montera para que la luz cenital se repartiera por doquier, lo cual era un diseño heredado de los estudios fotográficos del s. XIX.
Además, Cerdá ordenó equipar la vivienda con un cuarto oscuro para el revelado fotográfico. Este laboratorio disponía de tres ventanales cerrados con cristales de diferentes colores: verde, rojo y blanco. Según qué tipo de fotografía quisiera revelar, abría y cerraba un ventanal u otro hasta conseguir la luz adecuada. El empleo de luz solar en el revelado fotográfico posibilitaba una excelente calidad en las fotografías obtenidas, algo inusual en
la mayoría de aficionados a la fotografía de principios del s. XX en España.
En esa casa específicamente construida para ser un estudio y laboratorio fotográfico, Cerdá y Rico realizó sus más notables creaciones, y la temática orientalista sería una de sus predilectas.

La Rehabilitación